En Viena encontré un rincón para tomar un delicioso café y una insuperable tarta sacher, el café Diglas que existe desde 1875 y del que me encanto todo, incluida la renovación de las lamparas con tazitas colgantes...
Parece mentira que con los Palacios tan imponentes de la ciudad, Opera, Parlamento, Museos, Catedral...yo me ponga hablar de mi amor por el café con leche, pero al final son instantes como estos los que hacen disfrutar de un viaje.
He visto los últimos Post. No habéis dejado un país tranquilo, eh? Ni Napoleón! En Viena estuvimos este verano bajando en bici el Danubio desde Pasau en Alemania y la Sacher Torte yo tenía un recuerdo magnífico pero me dejó frío esta vez. Bueno creo que ya escribí sobre ello (y otras cosas de VIena) en mi blog.
ResponderEliminarNo estoy muy blogero ultimamente, como que he perdido la rutina de escribir. Ya veo que tú no. Me alegro.
La lámpara es bien original, y me encanta el diseño de la carta y las tacitas/lamparitas, ya sé dónde ir si tengo que visitar esta ciudad.
ResponderEliminarUn beso guapa
Con la primera foto he pensado : qúe sitio más clásico!... luego ¿esas tazas? por cierto encantadoras.
ResponderEliminarGracias viajera por compartir los rincones que te gustan. Besos.
Que originales esas tazas!!
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